martes, 6 de abril de 2010

Metafísica. Aristóteles. 1.4-4

Leucipo y su amigo Demócrito admiten por elementos lo lleno y lo vacío, o, usando de sus mismas palabras, el ser y el no-ser. Lo lleno, lo sólido, es el ser; lo vacío y lo raro es el no-ser. Por esta razón, según ellos el no-ser existe lo mismo que el ser. En efecto, lo vacío existe lo mismo que el cuerpo; y bajo el punto de vista de la materia éstas son las causas de los seres. Y así como los que admiten la unidad de la sustancia hacen producir todo lo demás mediante las modificaciones de esta sustancia, dando lo raro y lo denso por principios de estas modificaciones, en igual forma estos dos filósofos pretenden, que las diferencias son las causas de todas las cosas. Estas diferencias son en su sistema tres, la forma, el orden, la posición. Las diferencias del ser sólo proceden, según su lenguaje, de la configuración, de la coordinación, y de la situación. La configuración es la forma, y la coordinación es el orden, y la situación es la posición. Y así A difiere de N por la forma; A N de N A por el orden; y Z de N por la posición. En cuanto al movimiento, a averiguar de dónde procede y cómo existe en los seres, han despreciado esta cuestión, y la han omitido como han hecho los demás filósofos.

Tal es, a nuestro juicio, el punto a que parece haber llegado las indagaciones de nuestros predecesores sobre las dos causas en cuestión.

LIBRO I. Capítulo 4