domingo, 28 de marzo de 2010

Metafísica. Aristóteles. 1.3-1

Evidentemente es preciso adquirir la ciencia de las causas primeras, puesto que decimos que se sabe, cuando creemos que se conoce la causa primera. Se distinguen cuatro causas. La primera es la esencia, la forma propia de cada cosa, porque lo que hace que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es; la razón de ser primera, es, por tanto, una causa y un principio. La segunda es la materia, el sujeto; la tercera el principio del movimiento; la cuarta, que corresponde a la precedente, es la causa final de las cosas, el bien, porque el bien es el fin de toda producción.

Estos principios han sido suficientemente explicados en la Física. Recordemos, sin embargo, aquí las opiniones de aquellos que antes que nosotros se han dedicado al estudio del ser, y han filosofado sobre la verdad; y que por otra parte han discurrido también sobre ciertos principios y ciertas causas. Esta revista será un preliminar útil a la indagación que nos ocupa. En efecto, o descubriremos alguna otra especie de causas, o tendremos mayor confianza en las causas que acabamos de enumerar.

LIBRO I. Capítulo 3


La filosofía aristotélica ha ocupado un papel central en la cultura europea y universal, respondía en su momento a las preguntas de los filósofos anteriores y a varios condicionantes de la manera de conocer el mundo y ha sido uno de los polos que ha atraído el pensamiento de los filósofos posteriores o contra el que éstos han debido reaccionar. En cualquier caso, ha sido un inspirador, opositor o interlocutor enérgico.

Así, su división de las cuatro causas del ser y del cambio ha tenido esos aspectos: fue resultado de una manera intuitiva de observar la realidad aplicando modelos aparentemente válidos, se enfrentó a las preguntas y soluciones de los anteriores filósofos y condicionó el desarrollo de la filosofía de raíz griega, tanto el de la cultura greco-romana como el de la judía, cristiana y musulmana, que entraron en interacción con ella y fueron sus sucesoras. También, por oposición, el de la ciencia moderna, que hubo de superar el estancamiento del modelo filosófico escolástico basado en el aristotelismo y en el monopolio ideológico de la Iglesia.

El modelo intuitivo es obvio y responde a cuatro preguntas básicas de cualquiera que desea conocer algo: qué es, de qué está hecho, qué o quién lo ha hecho y para qué ha sido hecho. Los filósofos anteriores respondían parcialmente a preguntas de este esquema pero la insuficiencia de sus respuestas se debía a que lo asumían de un modo implícito o se enfrentaban a él sin explicar lo que faltaba o era inapropiado. Así vemos cómo en este capítulo Aristóteles critica las ideas de sus predecesores por su falta de adecuación a ese modelo, extrapolado a toda la Naturaleza y que se ve con claridad en ejemplos que aparecerán posteriormente: una cama de madera o una estatua de bronce.

La pregunta sobre qué es, qué propiedades decimos que tiene y qué nombre le damos es obvia cuando las respuestas son la cama o la estatua. Preguntamos por una definición o un nombre como resumen de una serie de propiedades estructurales y no acerca del material. Así la cama es un mueble de una determinada estructura que se puede describir y diferenciar de la de una silla o un utensilio que también sean de madera o de bronce. La pregunta sobre de qué está hecho no es acerca de la estructura sino de cualidades perceptibles como su color, peso, dureza, maleabilidad. Así, la cama o la estatua pueden ser de madera o de bronce. Las preguntas tratan también del aspecto de cómo ha llegado a ser lo que es, pues en la fabricación se parte de un material para darle una estructura determinada entre muchas posibles.

Pero donde mejor se aprecia el esquema intuitivo que aplica Aristóteles es en las otras dos causas sobre las que se pregunta: qué o quién hizo que tal cosa adquiriera la forma que tiene y con qué fin. La idea básica es que la cama no es un resultado de la madera ni del árbol sino de la forma que le da el arte del carpintero, o que el bronce no da forma a la estatua. La madera forma parte del desarrollo natural del árbol, pero de ese desarrollo no cabe esperar una cama sin la acción y el diseño del carpintero. También la madera da parte de las propiedades a la cama de madera, como que pueda arder, a diferencia de una cama de bronce, pero no le da su estructura. Por otra parte, el carpintero con su arte puede obtener una cama o una silla de la madera. Luego algo del carpintero, lo que denominamos el fin, produce una cama mediante su acción dando esa estructura a la madera.



Libro I

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